El rostro del placer
Masturbar a una chica es todo un arte, hay que saber jugar con el clítoris, meter un dedito, luego dos... y así ir dilatándolo hasta notarlo lubricado para darle cañita. Ver esa cara colorada, retorciéndose sobre la cama y jadeando, pone cachondo a cualquiera. No os perdáis cómo se corre la muchacha porque nos va a provocar unos empalmes de campeonato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario